Se denomina lipofilling facial al injerto de células grasas del paciente en el rostro. Se puede realizar con fines estéticos, para producir un aumento de volumen o con fines reconstructivos para corregir defectos derivados de un traumatismo o una cirugía previa.
Existen múltiples indicaciones para realizar este procedimienton entre ellas: necesidad de un aumento de volumen de grasa facial (labios y pómulos), lipodistrofia facial.
La realización de la técnica del lipofilling facial consta de tres pasos: el primero es la obtención de las células grasas del paciente, el segundo el tratamiento especial de dichas células y, finalmente, el injerto de las células grasas en la zona anatómica a tratar.
La obtención de las células grasas se realiza mediante una pequeña liposucción con cánulas especiales de una zona donde haya células grasas en abundancia como el abdomen o las caderas.
Las células obtenidas se someten a un proceso de preparación (centrifugación o Puregraft) para seleccionar únicamente aquellas que son viables.
Finalmente las células son injertadas en la zona a tratar, realizándose una mínima incisión, con la ayuda de pequeñas cánulas diseñadas especialmente para este tipo de procedimientos.
El lipofilling o lipotransferencia además de ser una intervención en si misma, es con frecuencia el complemento ideal en otras intervenciones faciales como el lifting o la blefaroplastia. Se utiliza sobre todo cuando ha de darse volumen en zonas que a consecuencia del envejecimiento han perdido parte o toda su grasa; por ejemplo el párpado inferior. Añadir grasa en determinadas zonas tiene un gran efecto rejuvenecedor.
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