
La ozonoterapia se administra en 10 ó 15 sesiones de diez minutos de duración que se aplican dos veces por semana. En cada sesión se inyectan aproximadamente unos 200 centímetros cúbicos de ozono mediante inyecciones de escasa profundidad (apenas 3 milímetros). Una vez introducido el gas se efectúa un pequeño masaje para que éste se reparta bien por la zona a tratar.
La combinación de oxígeno y ozono oxigena los tejidos y mejora la microcirculación capilar al tiempo que rompe el doble enlace de los ácidos grasos insaturados convirtiéndolos en solubles y, por tanto, fáciles de eliminar. Además, el ozono posee además propiedades antiinflamatorias, bactericidas y analgésicas.
Hasta la fecha se desconocen efectos indeseados en este tratamiento tales como reacciones alérgicas o pigmentaciones adicionales que sí pueden aparecer en la mesoterapia. Los pinchazos son menores y las agujas usadas más finas. Por ese motivo, y por resultar menos dolorosa, la ozonoterapia está sustituyendo a los tratamientos convencionales. Los resultados mejoran cuando se combina con drenaje linfático y una dieta adecuada.
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