EL LIFTING DE FRENTE

El lifting en la frente es una intervención de cirugía estética en la que se realiza un estiramiento de la piel de esta zona del rostro. Un proceso con el que se minimizan las arrugas que cruzan la frente, las que aparecen en el puente de la nariz o las que se desarrollan entre los ojos. Para conseguirlo, los cirujanos recolocan los tejidos profundos del rostro borrando los signos que el paso del tiempo han dejado sobre ellos.

De esta manera, una persona que quiera recuperar el aspecto juvenil de su mirada y su expresión de alerta debe someterse a un lifting de frente, acompañado o no de una blefaroplastia, si es que necesita también corregir la caída de sus párpados.

La utilización de las últimas técnicas en cirugía estética lleva a utilizar, para la elevación de frente y cejas caídas, la técnica endoscópica, esto es, la que utiliza microcámaras y mínimas incisiones para acceder a los tejidos que están descolgados (similarmente a las operaciones de rodilla que se realizan mediante artroscopia). De esta manera se asegura un resultado natural mediante una técnica mínimamente invasiva y con periodos de recuperación mas cortos.

Que el principal problema esté localizado en la frente no significa, sin embargo, que la operación deba desarrollarse solo y exclusivamente en esta zona del rostro. De hecho, los procedimientos de lifting que se desarrollan en la cirugía actual entienden que esta intervención debe desarrollarse de manera completa. Es decir, en cuello, cara, frente y mirada.

Es una operación mucho más lógica y natural de la que tradicionalmente se ejecutaba en esta parte del cuerpo. De esta manera, en la actualidad no es una cirugía de la piel sino una restitución del volumen y de los tejidos profundos sobre los cuales se adapta la piel. Lo que ofrece unos resultados más naturales de los que se conseguían con el anterior concepto.

Para restituir el aspecto juvenil del rostro, se emplea injertos grasos para rellenar aquellas zonas que lo precisen, recolocando luego los tejidos sin realizar estiramientos (pues se generaría un aspecto inanimado y artificial en el rostro de la persona intervenida). Además, este trabajo apenas deja secuelas. Solo una cicatriz mínima colocada en raíz de pelo y en el borde interno de la oreja, que pasa desapercibida ante la mirada de quienes nos rodean.