Para que la cavitación sea eficaz hay que infiltrar líquido, porque el proceso de cavitación es un cambio en el estado del agua, y es esto lo que daña la grasa. Si no hay infiltración de líquido, la cavitación no existe. Normalmente se infiltran soluciones hipotónicas, soluciones de deoxicolato o soluciones de apoptosis (son soluciones con capacidad de hacer daño localizado al adipocito, como por ejemplo la vitamina C).
La aparatología tiene que ser de calidad, porque la cavitación es efectiva y segura si el aparato utilizado es de calidad alta. Por un lado tenemos la intensidad con la que trabaja el equipo, que es la amplitud de las olas del agua. A mayor intesidad, mayor potencia y por lo tanto mayor es la cavitación. Y por otro lado tenemos la frecuencia, que es la medida que indica el número de olas que se repiten en una unidad de tiempo. Es importante porque la frecuencia da la posibilidad de penetrar de la cavitación. Cuanto mayor es la frecuencia, menor es la penetración. Si lo que se pretende es hacer daño celular a nivel de la grasa, se debe hacer a un cm. de la superficie, no más profundo, por lo que el mejor equipo es el que tiene alta potencia y alta frecuencia. Cuidado porque se pueden dañar los órganos internos si la frecuencia no es la correcta, ya que si se usa una frecuencia baja, la cavitación penetra más profundo y puede dañarnos internamente. Además, un doctor con una buena capacitación técnica, siempre usará el cabezal de forma oblicua y no perpendicular para minimizar el riesgo de daños colaterales.
la persona que nos realice la cavitación tiene que ser un doctor capacitado técnicamente para que el tratamiento sea eficaz y seguro para nuestra salud. Y en cuanto a qué esperar de un tratamiento de cavitación, la comunidad médica parece estar de acuerdo: la cavitación es un tratamiento que mejora, nunca elimina del todo, la celulitis. Ni trata el sobrepeso ni la flaccidez. De esto hablaremos en próximos post. Pero, además, como no todas las celulitis son iguales (tipo 1, 2 o 3), la cavitación tampoco valdrá para cualquier tipo de paciente. Así que hay que asegurarse bien que el doctor que nos atiende nos diagnostica correctamente, y nos sabe aconsejar bien el tipo de tratamiento que más nos conviene.
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