
Existen distintas clasificaciones médicas y grados de tuberosidad, en función de la deficiente falta de desarrollo de la mama; del retraimiento o no de la misma; del volumen y tamaño del pecho; y de las posibles desviaciones de la areola. Pero podemos afirmar que, al menos una de cada tres mujeres presentan algún grado de pecho tuberoso.
La operación de pecho tuberoso, que en muchas ocasiones se realiza combinada con otras cirugías del pecho (aumento de pecho; mastopexia), es uno de los procedimientos de cirugía estética más agradecidos por las pacientes que se someten a estas intervenciones.
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