Se han probado infinidad de técnicas para terminar con los pelos incómodos que aparecen en nuestro cuerpo y, en función del tipo de piel, características del vello y resultado que se quiera obtener, son más recomendables unas técnicas u otras. Aunque la depilación eléctrica se ha convertido, para dermatólogos y usuarios, en el método definitivo para la depilación total.
-Depilación facial: cejas demasiado espesas, ceja única, bigote, patillas e incluso barba. Hay féminas con vello grueso y oscuro que ven como, desde adolescentes, han de seguir un tratamiento depilatorio para terminar con sus complejos. Al tratarse de zonas delicadas y muy visibles, conviene ser extremadamente cuidadoso con el tratamiento de depilación definitiva.
-Depilación de piernas y brazos: frente a una serie de personas con pelo fino y coloración clara, son mayoría en países latinos las personas que carecen de este pelaje “casi invisible” y les requiere utilizar técnicas de depilación definitiva para acercarse a su ideal de belleza. Los excesivos pelos en las piernas y en los brazos, que pueden extenderse hasta los pies y las manos pueden mermar la seguridad en sí mismas de ciertas personas y, por tanto, su felicidad.
-Depilación corporal: vellosidad en el abdomen, alrededor del ombligo o cerca de las areolas en los pechos son zonas especialmente delicadas y de gran visibilidad, sobre todo de cara a los meses de calor.
-Depilación púbica: de cara a sentirse más cómodo en la vida privada, aumentar la satisfacción sexual y controlar mejor la higiene íntima en zonas sexuales, la gran mayoría de las personas deciden llevar a cabo una depilación definitiva de ingles y perineo, para eliminar el vello púbico de esta zona, muy delicada y sensible.
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