El trasplante de cabello consiste en la extirpación de una tira de piel cubierta con pelo permanente de la parte de atrás o de los lados del cuero cabelludo (zona donante) para, posteriormente, dividirlo en microinjertos y miniinjertos. Estos microinjertos y miniinjertos se implantan luego meticulosamente en la zona del cuero cabelludo que presente calvicie o reducción de la densidad (zona receptora).
Dependiendo del grado de calvicie de la zona frontal o de la coronilla, pueden ser necesarias de una a tres intervenciones que impliquen la realización de varios centenares de injertos para lograr la densidad deseada. En un plazo de 24 horas se forman pequeñas costras en cada injerto, que se desprenden en los siete o diez próximos días. Habitualmente los cabellos injertados vuelven a empezar a crecer en unas 6 a 12 semanas después de la intervención, y siguen creciendo toda la vida.
Se pueden diferenciar tres modalidades en el uso de la cirugía en la alopecia: implantes de cabello, reducción del cuero cabelludo y trasplantes de cuero cabelludo.
Los implantes de cabello: la justificación para el implante de cabello es que el cabello obtenido de una zona no susceptible a la alopecia trasplantado a una zona con alopecia permanecerá en esta última tanto tiempo como en su lugar original. Las zonas utilizadas para obtener cabello son habitualmente el cuero cabelludo temporal, parietal y occipital. Los inconvenientes de este método son: la necesidad de varias intervenciones para lograr el efecto deseado; el cabello del implante se cae y vuelve a crecer en 3-6 meses. Este procedimiento puede causar dolor y molestias, aunque se utilice anestesia. Además, la anestesia también conlleva riesgos.
La reducción del cuero cabelludo consiste en escindir una parte del cuero cabelludo calvo y unir los bordes del cuero cabelludo restante con el fin de extender las zonas con cabello a la zona originalmente calva. Las limitaciones de esta técnica están relacionadas con el tamaño de la zona de calvicie y la elasticidad del cuero cabelludo.
El trasplante del cuero cabelludo consiste en extirpar un área de piel con cabello de la zona lateral del cuero cabelludo y volverla sobre su eje para que descanse sobre la parte superior de la cabeza. Se denominan también "colgajos". La ventaja principal de este tipo de cirugía es que el cabello del colgajo continúa creciendo después de la cirugía, debido a que se mantiene el suministro de sangre. Entre los inconvenientes están las llamadas “orejas de perro” que pueden producirse tras la inversión del colgajo y que han de escindirse quirúrgicamente.
Antes de una intervención de cualquiera de los tipos descritos debe consultarse a un médico y la intervención en sí debe ser practicada por un especialista garantizado. Nunca debe aceptarse la implantación de cabello sintético, a causa de las posibles reacciones (rechazo por cuerpo extraño, infecciones crónicas).
El trasplante de cabello es una intervención quirúrgica que suele durar entre 3 y 6 horas. Se realiza mediante anestesia local o ligera en régimen ambulatorio. El paciente suele estar despierto, pero relajado debido a la administración de un sedante suave. Si al final de la intervención quirúrgica se coloca en el cuero cabelludo un vendaje en forma de turbante para mantener los injertos firmes y seguros durante la noche, se retira al día siguiente. La zona donante, de la que se toman los injertos permanentes, se cierra con suturas o con grapas quirúrgicas que se retiran entre los siete y los doce días siguientes. También pueden emplearse suturas solubles, con las que no es necesario quitar puntos.
Aún cuando son raras las complicaciones en este tipo de intervenciones pueden producirse pequeñas infecciones en torno a un folículo piloso de nueva implantación, lo mismo que sucede cuando un pelo crece hacia dentro o cuando se infecta una espinilla. Las pequeñas cicatrices que se producen en la zona donante como resultado de la extirpación de la piel donante son estrechas y fáciles de ocultar con el pelo alrededor. Los puntos de injerto de la zona receptora frontal cicatrizan de forma casi invisible y quedan cubiertos por el cabello trasplantado. Los pacientes pueden experimentar una leve hinchazón de la zona de la frente en los días siguientes a la intervención y, en raras ocasiones, presentan equimosis palpebral del ojo si el trasplante tiene lugar en la zona frontal.
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