Una de las partes del cuerpo que más demandan los hombres cuando acuden a un centro depilación a informarse sobre los tratamientos de depilación láser es el pecho. A muchos de ellos no les importa tener vello en las piernas, brazos y otras partes del cuerpo, pero en general todos prefieren un pecho sin pelo, sobre todo aquellos que tienen demasiado.
En esto también influye bastante la opinión de las mujeres. Ya son mayoría las que prefieren hombres depilados. Y aunque algunas todavía lo ven como algo femenino en otras partes del cuerpo, casi todas reconocen que un pecho terso y suave es más atractivo que uno lleno de pelo.
Ellos lo saben, y por eso es una de sus zonas preferidas a la hora de hacerse la depilación láser. También existen otros motivos, como la comodidad, la higiene y, para los más presumidos, que un pecho depilado se broncea con más facilidad que si el sol tiene que atravesar el pelo.
Muchos llevan ya años depilándose el pecho de forma tradicional, es decir, con cuchilla o con cera. Pero ninguna de esas soluciones es efectiva. Por una parte está lo antiestético que resulta ver los incipientes pelos saliendo, cuando aún no son lo suficientemente largos como para depilarlos. Y por otro lado, y lo que es más importante todavía, está lo incómodo que resulta. Y no sólo en lo referente al dolor que produce la cera o a estar constantemente pendiente de si ya será necesario volver a depilarse.
Para muchos hombres, el mayor problema reside en los picores que les provoca el vello al salir. Y esto se une a que muchas veces estos picores van unidos a pequeños granitos que aparecen porque el pelo se infecta al salir. Y estos, además de antiestéticos, son molestos y difíciles de eliminar.
Por eso, en muchas ocasiones el médico recomienda someterse a un tratamiento de depilación láser, que termina con todos los problemas a la vez: el vello, los picores y los granitos.
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