La hipersudoración o hiperhidrosis hace referencia a un exceso de sudoración que se localiza generalmente en las palmas de las manos, plantas de los pies o axilas, aunque puede darse en otras zonas del cuerpo, como en la cabeza y el rostro.
La toxina botulínica a Botox es la única alternativa no quirúrgica que consigue interrumpir la hiperactividad de las glándulas sudoríparas, mediante la acción selectiva en las terminaciones nerviosas colinérgicas periféricas. El producto se infiltra en la zona afectada a través de una aguja extremadamente fina. Se trata de un procedimiento altamente tolerado, seguro y de demostrada eficacia, que mejora la calidad de vida.
Los efectos pueden durar entre 4 meses y un año, dependiendo de la zona y las características particulares de cada caso (la duración media en hipersudoración axilar, por ejemplo, es de 7 meses). El tratamiento con toxina botulínica no requiere hospitalización, se realiza en la consulta del especialista de forma ambulatoria.
Habitualmente se realiza una vez al año antes de la época de calor aunque hay pacientes que lo realizan mas a menudo.
La mayoría de las veces se realiza tras la aplicación de anestésico tópico en la zona afectada y es muy bien tolerado.
En los casos que afecta palmas de las manos puede realizarse con anestesia local pinchada pues es una zona muy sensible.
La aplicación de Botox es muy rápida. Todo el procedimiento se realiza en menos de 15 minutos.
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