
Las prótesis se colocan a través de una pequeña incisión, de unos cuatro o cinco centímetros, en uno de los pliegues de la axila. Para ello se precisa anestesia general. Durante los cuatro o cinco días posteriores a la intervención puede aparecer dolor. Debe evitarse el ejercicio físico de musculación durante un mes. Posteriormente puede haber sensación de escozor, pinchazos o tirantez.
Por lo general es una operación muy agradecida con una recuperación rápida y escasas complicaciones.
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