La mayoría de las veces la frente ancha tiene un origen familiar-genético y con menos frecuencia, puede ser consecuencia de cirugías de lifting o de accidentes, quemaduras, etc.
Cuando la frente mide más de 6 cm (medido entre las cejas y la raíz del pelo) tiene un efecto desfavorecedor en la estética facial, sobre todo en el perfil. La frente ancha adopta una forma curvada con el nacimiento del pelo muy atrás, proporcionando un aspecto más varonil como si fuera una calvicie incipiente. Esto obliga a muchas mujeres con este problema a llevar flequillo, diademas y/o evitar la piscina o la playa. También se realiza esta intervención como proceso de feminización en varones con disforia de género.
Hoy día la frente ancha se puede reducir mediante 2 técnicas: injertos de pelo o avance de la línea capilar. Esta segunda técnica tiene la ventaja de ofrecer un resultado inmediato con una densidad de pelo normal. La cirugía se realiza bajo anestesia general y en muchos casos no requiere ingreso. Los pequeños puntos se retiran a partir de los 7 días. Habitualmente la cicatriz resultante queda prácticamente imperceptible. Cuando es necesario, se puede complementar con una sesión de injertos de pelo. La recuperación es muy rápida, salvo dolor de cabeza los primeros días y posibilidad de inflamación en la frente y párpados, no hay otras complicaciones.
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