El pelo es un filamento que se encuentra prácticamente por todo nuestro cuerpo (excepto las plantas de los pies y las palmas de las manos) recibe diversos nombres según sus características: cabello, pestaña, vello, etc. pero la mayoría es tan fino y claro que no lo podemos ver a simple vista, de hecho los humanos tenemos más folículos por centímetro cuadrado que la mayoría de los primates mayores, y la mayor concentración se encuentra en la parte delantera de nuestro cuerpo. El pelo es una característica exclusiva de los mamíferos y su función principal es proteger la piel de los agentes externos. Su dureza y grosor están supeditados a los cambios hormonales. Se crea en las primeras etapas del desarrollo de feto y de forma cíclica y regular durante toda la vida. El ciclo capilar no está sincronizado en los humanos, normalmente la mayoría de nuestro pelo se encuentra en la fase de crecimiento, y una minoría, en las fases de transición y reposo del ciclo. La fase de crecimiento tiene una duración mayor que la de las otras fases.
Cuando el pelo es más oscuro y grueso o aparece en zonas que no nos gustan (cara, cuello, abdomen, pecho, brazos etc ) queremos eliminarlo. En el pasado las técnicas para eliminar el vello no deseado eran las pinzas, ceras, depilatorios químicos, maquinas de arranque, etc., algunas eran dolorosas, otras tediosas y, en cualquier caso, todas temporales. Cuando surgió la primera técnica de depilación permanente “pelo a pelo”, denominada electrolisis, fue muy bien acogida y efectiva, pero también lenta y dolorosa. Su funcionamiento se basaba en una corriente eléctrica que pasa a través del pelo para destruir la raíz, era muy eficaz pero se tardaban meses e incluso años para tratar zonas pequeñas.
Cuando el pelo es más oscuro y grueso o aparece en zonas que no nos gustan (cara, cuello, abdomen, pecho, brazos etc ) queremos eliminarlo. En el pasado las técnicas para eliminar el vello no deseado eran las pinzas, ceras, depilatorios químicos, maquinas de arranque, etc., algunas eran dolorosas, otras tediosas y, en cualquier caso, todas temporales. Cuando surgió la primera técnica de depilación permanente “pelo a pelo”, denominada electrolisis, fue muy bien acogida y efectiva, pero también lenta y dolorosa. Su funcionamiento se basaba en una corriente eléctrica que pasa a través del pelo para destruir la raíz, era muy eficaz pero se tardaban meses e incluso años para tratar zonas pequeñas.
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